Uno de los aspectos clave del tratamiento de los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es la valoración de la comorbilidad que dicho trastorno presenta. Uno de los trastornos comórbidos son los trastornos del sueño. El sueño es necesario para el óptimo funcionamiento del niño y afecta a cada uno de los aspectos de su desarrollo social, cognitivo, emocional y físico.
La relación entre el sueño y el TDAH no es algo nuevo. Anteriormente, se incluían los trastornos del sueño en los criterios diagnósticos para el TDAH, pero debido a una falta de evidencia demostrable, los trastornos del sueño se eliminaron del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales cuando se publicó su Tercera edición revisada en 1980.
En los niños con sospecha de TDAH es especialmente importante evaluar y tratar los problemas del sueño, ya que la coexistencia de estos exacerba los síntomas del trastorno.
De todos los niños que padecen TDAH, sólo alrededor del 30 por ciento tienen TDAH como único diagnóstico. Se informa que dos tercios de los niños que tienen TDAH tienen al menos una afección añadida y estas afecciones complican el diagnóstico y tratamiento del mismo.
Se ha constatado que el 25% de los lactantes y prescolares con trastornos del sueño crónico posteriormente reciben el diagnostico de TDAH. Los estudios indican que entre un 25 y 50% de los padres de hijos con TDAH informan que sus hijos sufren de un problema del sueño, especialmente problemas para quedarse y permanecer dormidos.
Los informes de los padres indican una ocurrencia entre dos y tres veces mayor de problemas de sueño en los niños que tienen TDAH en comparación con grupos de control en estudios de investigación. Asimismo, los estudios indican mayor resistencia de los niños con TDAH de irse a la cama comparado con controles.
Además de tener dificultades para quedarse y permanecer dormidos, estos problemas también incluyen mayor actividad durante el sueño, piernas inquietas/movimientos periódicos de las piernas durante el sueño, y patrones de sueño inestables. Igualmente, aunque la evidencia no ha sido lo suficientemente sólida para establecer una relación causal, se cree que la somnolencia diurna empeora los síntomas del TDAH.
De cinco estudios que evaluaron la prevalencia de despertares nocturnos, tres mostraron mayor número de despertares en niños con TDAH comparados con los controles y dos no encontraron diferencias entre los grupos.
En los adultos, hay posibilidades de confusión diagnóstica entre la narcolepsia, una somnolencia diurna excesiva de origen desconocido (llamada hipersomnia idiopática) y el TDAH en cuestionarios llenados por el mismo paciente. La coincidencia de síntomas de los trastornos del sueño y el TDAH lleva a preguntas sobre un posible diagnóstico erróneo de ambas afecciones en adultos.