El impacto de las Nuevas Tecnologías en el aprovechamiento del tiempo libre

En la actualidad, algunos estudios sugieren que los niños y adolescentes dedican más de seis horas diarias a actividades de ocio sedentarias como mirar la televisión, navegar por internet, chatear con sus amigos, jugar o hablar por el móvil, etc. Estamos en la era de las comunicaciones y es muy beneficioso que estén conectados con ese mundo. Pero si a esas horas le sumamos las que pasan en la escuela y las que dedican a hacer las tareas escolares en el hogar, el resultado es un exceso de actividad sedentaria, en una etapa crítica del desarrollo integral (fisico y psicológico).

En la definición de “ocio” ofrecida por la Real Academia Española de la Lengua (RAE), se incorpora cuatro definiciones en el siguiente orden (Real Academia Española de la Lengua, 2001):

1. Cesación del trabajo, la inacción u omisión de la actividad.

2. Tiempo libre de una persona.

3. Diversión u ocupación reposada, especialmente en obras de ingenio, porque estas se toman regularmente por descanso de otras tareas.

4. Obras de ingenio que alguien forma en los ratos que le dejan libres sus principales ocupaciones.

Al referirse al ocio, diversos autores contemporáneos que han ahondado en el estudio del fenómeno, lo definen como ejercicio y oportunidad de:

  • Ocupar parte del tiempo libre.
  • Desarrollar las capacidades personales físicas y mentales.
  • Optar libremente por alternativas y oportunidades para el disfrute Personal.
  • Descansar.
  • Obtener gratificaciones psicosociales no conseguidas en contextos cotidianos.

La actividad física, como por ejemplo el deporte suele ser la actividad socializadora clave en el ámbito infantil. No solo ayuda a mejorar las habilidades sociales fundamentales para un sano desarrollo emocional, sino que al realizar actividad física se obtienen muchas más ventajas de las que a priori creemos.

Estas ventajas también son aplicables a los niños con TDAH, ya que hacer deporte puede ayudar a mejorar el comportamiento, el autocontrol, la disciplina y canalizar emociones negativas como la agresividad.

Uno de los mayores problemas que avanzó el siglo XX y que cursaron con toda rapidez la actualidad tiene que ver con el impacto de las nuevas tecnologías en el uso de tiempo libre y el ocio de los adolescentes y en general en toda la vida social del hombre.

El hombre está sometido hoy más que nunca al no empleo intensivo de su fuerza de trabajo, lo que ha supuesto una extensión social de estas tecnologías, en gran medida, en su beneficio más no exentas de consecuencias negativas que revelan comportamientos sociales nuevos.

Los referidos impactos del s xx obedecen a la celeridad que han tenido la ciencia y la tecnología como factores sociales de gran importancia, por lo que deben ser estudiados como procesos. Abarcan la totalidad de los dominios del hombre y tocan la vida doméstica hasta límites impensables hace tan sólo 50 años.

Por su parte una ciencia tan cercana al diagnóstico de las necesidades humanas no puede estar al margen de estos estudios, esta ciencia tiene en cuenta estos impactos en el examen del tiempo humano en general y muy especialmente en las áreas de intervención en que las influencias del trabajo automatizado o con gran presencia de tecnologías limita la expansión física y mental de las sociedades actuales.

Lógicamente que si bien es cierto no hacemos nada con ganar más tiempo libre con el uso de las nuevas tecnologías si el individuo no está preparado para usar tal tiempo libre en actividades que le generen placer necesitamos con urgencia educarnos para el ocio.

Educar para el ocio consiste en convertir el ocio y tiempo libre en un instrumento para el enriquecimiento y desarrollo personal. En esta tarea de aprendizaje deben intervenir la Familia, la Escuela y las Administraciones públicas, así como Organizaciones No Gubernamentales y, por supuesto, la propia Persona.

La educación no es solo la consecución de unos buenos resultados académicos, sino es también ayudar a despertar la imaginación, la fantasía, la creatividad y también el sentido de la responsabilidad. El niño o la niña no son sólo seres individuales, encerrados en sí mismos y en las cuatro paredes del hogar, sino seres sociales que han de establecer relaciones positivas o negativas con otros niños y niñas y, progresivamente, con adultos hasta integrarse en su medio.

En este sentido cabe destacar que los adolescentes 12 a 16 años no escapan de esta realidad debido a que el impacto de las nuevas tecnologías también afectan el tiempo libre de este grupo debido que no se han diseñado estrategias institucionales para que dicho tiempo libre sea utilizado en actividades activas y no pasivas.

Hoy en día se observan a jóvenes sentados frente al ordenador, navegando en Internet, comunicándose a través del famoso `Whatsapp` por medio del movil, observándose a adolescentes quedarse dormido durante las clases, igual pasa con los que tienen acceso a internet en sus habitaciones.

¿Quiere decir esto que están reñidas las actividades de ocio y tiempo libre con las nuevas tecnologías? Antes de utilizar o descartar una determinada herramienta debemos plantearnos cuales son los objetivos de la actividad que vamos a realizar y como esta herramienta nos ayuda a lograrlos. Otro factor importante a la hora de decantarse o no por el uso de las nuevas tecnologías es el de la motivación y la captación de la atención. Sin duda las TICs suelen ejercer un papel motivador entre los niños y adolescentes.

Las nuevas tecnologías son una realidad absoluta en el ocio informal que llevan a cabo las nuevas generaciones. Junto a las clásicas bicis y balones, al pasear por un parque, podemos observar grupos que juegan en sus consolas portátiles, se intercambian imágenes y vídeos, navegan con su móvil, etc. Por ello debemos lograr un equilibrio entre la importancia que desempeñan las opciones más tradicionales del ocio y el tiempo libre y la corriente de evolución social que las Nuevas Tecnologías implican.