TDAH y Asperger

Manuel Fernandez Fernandez Neuropediatra

TDAH y el Asperger aparecen juntos con frecuencia, pudiendo dificultar el diagnóstico y desorientar a las familias y profesionales.

Aún recuerdo la primera vez que leí sobre el Síndrome de Asperger. Estaba estudiando el primer curso de la carrera de medicina y llegó a mis manos un folleto sobre una charla informativa dedicada al Asperger. La verdad es que como no lo conocía y el nombre me pareció curioso, leí el folleto.

En el folleto se describía como un trastorno en el que aparece un lenguaje adelantado para la edad, importantes dificultades en la comunicación y relación social, y finalmente un patrón de conducta excesivamente estereotipado y/o inflexible a veces asociado a un nivel intelectual alto o importante conocimiento sobre temas de su interés. La verdad es que me vinieron muchas personas a la cabeza que podían encajar en esa definición.

Con los años, el destino hizo que me especializara en Neurología Pediátrica y de hecho, hoy en día trato a varios pacientes con Síndrome de Asperger. Evidentemente, dada la elevada frecuencia del TDAH así como la frecuente asociación de ambos, no es para nada raro encontrarse en la consulta chicos con TDAH y Asperger.

¿Cómo detectar los síntomas asociados en el TDAH y el Asperger?

Cuando conoces a alguien con Síndrome de Asperger es difícil obviar los síntomas, o la peculiar forma de comportarse que tienen. De hecho, incluso cuando se asocia al TDAH, el Asperger suele ser lo más evidente desde los primeros años.

Tengo en mente varios episodios curiosos ocurridos en la consulta con chicos. Uno de ellos, con menos de dos años, al llamarlo dentro de la consulta entró corriendo, se subió sólo a la camilla, se puso de pie, se quitó la camisa que llevaba y poniendo postura de musculación soltó: “Doctor, mira que fuerte estoy”. Acto seguido entró la madre en la consulta con cara de circunstancias y al mirarla se encogió de hombros y dijo elocuentemente: “El padre es Asperger”, a lo que yo le contesté: “Y el hijo también”.

Otro ejemplo ilustrativo que os podrá resultar claro aparece en la televisión. Soy un gran aficionado a algunas series de televisión como “Big Bang Theory”. Si la habéis visto en alguna ocasión, os habrá resultado curioso el comportamiento de uno de sus protagonistas, Sheldon Cooper. Tiene un nivel intelectual muy alto pero tiene una serie de manías, rutinas y costumbres absolutamente cuadriculadas e inflexibles (dónde se sienta, lo que come y a qué hora come, la ropa que usa…). Además tiene importantes dificultades en las relaciones sociales porque entre otras cosas, no entiende el sarcasmo o los segundos sentidos de las frases. A pesar de todo ello, es un genio matemático.

¿Porqué se asocian TDAH y Asperger?

El TDAH y el Asperger se asocian por varios motivos. Por un lado, el componente genético es muy importante en ambos, de modo que en general hay una transmisión dentro de la familia y se van agrupando. Por otro lado la elevada frecuencia del TDAH hace que haya un factor “estar de asociación” con otros trastornos del desarrollo.

¿Cómo se manifiesta?

Muchas veces pueden parecer mal educados porque no saludan, no miran a la cara, no preguntan por sus problemas a los demás o parecen no expresar sentimientos o emociones. Probablemente, las personas con Asperger no puedan darse cuenta de que estás triste por tu expresión facial, necesitarán escucharte decirlo. Además, no asumirán la trascendencia si no se lo explicas. Les cuesta mucho ponerse en el lugar del otro y además son muy inflexibles en aspectos de la vida que para muchos de nosotros no son importantes. Recuerda a Sheldon Cooper. Esto puede hacernos perder la paciencia si no entendemos bien los motivos.

¿Cuáles son los puntos positivos?

En general son personas muy interesantes, inteligentes, cariñosas, creativas y trabajadoras. Pueden resultar complicados en ocasiones pero en general son entrañables. Hay que intentar potenciar todos estos aspectos y ayudarles a aumentar su comunicación social.

¿Cómo podemos ayudarles?

La mejor manera que tenemos de ayudarles es comprenderles. El TDAH y el Asperger pueden tener mucho potencial. Los amigos de Sheldon Cooper le conocen bien y saben sus características, preferencias… a veces le dan la razón, a veces le siguen la corriente y a veces le explican con claridad los límites razonables de algunas situaciones sociales.

Si conocemos bien cuáles son los puntos débiles y los puntos fuertes de estos chicos podremos ayudarles a sobrellevarlos, entrenarlos o aprender estrategias para convivir con ellos. A pesar de tener un carácter peculiar, tienen sentimientos como todos y no se sienten a gusto siendo conscientes de que son “diferentes” y los demás no les entienden. No hay que olvidar que son listos, y en ocasiones, muchas ocasiones, asocian altas capacidades intelectuales.

¿El tratamiento para el TDAH puede ayudar al Asperger?

Claro que sí. El TDAH y el Asperger tienen buena evolución. Ya hemos dicho antes que son personas considerablemente inteligentes. Si tienen un problema de TDAH asociado, el tratamiento puede permitirles rendir de forma mucho más eficiente. Mejorar su atención, focalizarla, asimilar mejor los datos y los entornos sociales, disminuir su inquietud y nerviosismo… Independientemente de ello, es recomendable trabajar de forma específica las relaciones sociales y la gestión de las emociones para que aprendan a tener comportamientos adaptados al entorno social en el que se manejan.

¿Qué podemos esperar en el futuro del TDAH y el Asperger?

La expectativa de futuro de las personas en las que se asocia el TDAH y el Asperger debe ser conseguir la inclusión completa y absolutamente normal dentro de la sociedad. Es verdad que pueden tener sus dificultades, a veces importantes, pero si trabajamos por una detección precoz y una intervención temprana, conseguiremos una normalización de sus dificultades. Para ello, tanto padres, como educadores y profesionales sanitarios debemos poner nuestro granito de arena